Las ceremonias de Ayahuasca son el eje central de cualquier tratamiento en Yosi Ocha. Antes de la ceremonia, el Maestro Heberto invitará a cada persona a explicar en privado sus objetivos. Es importante que cada participante exprese claramente sus deseos y los tenga bien definidos en la mente antes de tomar la Ayahuasca. Al mismo tiempo, es vital que el maestro sepa la intención y los objetivos de cada uno para que pueda ayudarle de la mejor manera posible. Ya sea que la persona venga buscando ayuda con un problema de salud en particular, o que desee tener visiones relacionadas con un tema en su vida, o busque la respuesta a una pregunta específica, o simplemente desee progresar en su camino espiritual y aprender sobre la experiencia de otras dimensiones, el chamán dirigirá sus intenciones e invocará a los espíritus, según corresponda.
Durante la primera ceremonia, independiente de que la persona ya haya tomado la medicina en alguna ocasión bajo la dirección de otro ayahuasquero o se encuentre frente a su primera experiencia, el Maestro Heberto llevará a cabo un diagnóstico profundo del paciente para ver su estado espiritual en general, e identificar si hay algún espíritu negativo («yeoshin») o energías negativas, lo cual es muy común para la mayoría de las personas. Una parte crucial del diagnóstico es identificar si el paciente tiene una energía, o luz especial, en alguna zona del cuerpo (tercer ojo, ojos, manos, plantas de los pies, pecho, espalda, etc.), con el fin de proteger esa luz antes de comenzar el proceso de limpieza y curación. Quienes tienen energías especiales suelen ser más sensibles y vulnerables a las energías externas, por eso es tan importante proteger esa luz antes de comenzar cualquier trabajo. Sólo entonces comienza el proceso de limpieza y sanación. El maestro busca identificar la causa principal de las dolencias del paciente. Ya habiendo encontrado el origen del mal, el chamán ira eliminando los bloqueos en el cuerpo energético del paciente, ayudando a que la medicina fluya libremente, y siempre teniendo en cuenta el propósito del paciente.
En ocasiones, el paciente puede tener bloqueos en su tercer ojo, o bien una cadena de enfermedades que dificultan alcanzar las visiones durante una ceremonia. Es habitual encontrarnos con pacientes que acuden al retiro principalmente con el fin de ver visiones, y si por algún motivo no lo consiguen, se frustran y olvidan el objetivo principal del retiro, que es el proceso de sanación y transformación. Es importante saber que en Yosi Ocha, las ceremonias se centran principalmente en identificar y eliminar la causa del mal, y durante ese proceso, puede que no haya visiones. Es más, uno puede tener visiones desagradables, lo cual siempre es una buena señal de que la medicina está trabajando, haciéndole ver al paciente todas las cosas malas que uno lleva dentro. Si la medicina actúa de esta manera, es porque el chamán ha creado un ámbito muy seguro que controla de manera magistral, y porque el paciente está preparado para enfrentarse a sus propios «demonios». La medicina nunca actuará en perjuicio de un paciente mientras el Maestro Heberto esté guiando la ceremonia.Leer Más...
Todas las ceremonias y rituales que tienen lugar en Yosi Ocha siguen las antiguas enseñanzas de los Meraya Shipibo-Conibo, donde el chamán siempre trabaja guiado por los espíritus de los grandes medicos y maestros ancestrales. Una vez curadas las dolencias principales, vendrán las buenas visiones, que vibran en línea con el nuevo estado del paciente. Muchos pacientes también se preguntan si es malo cuando no vomitan durante la ceremonia; en este caso, deben saber que todo lo que sucede durante una ceremonia es bueno, tienen que aprender a aceptar la sabiduría de la medicina ya que es la Ayahuasca quien nos lleva a donde necesitamos ir. Nuestro principal consejo es no ofrecer resistencia, rendirse y dejarse llevar, la medicina es sabia, conoce su camino y el chamán está allí para guiar y acompañar el proceso.
Durante las ceremonias de Ayahuasca, el paciente puede moverse dentro de siete niveles dependiendo del trabajo realizado por el maestro y la medicina. Los niveles uno y dos son muy leves y el paciente solo tiene sensaciones físicas y energéticas ligeras, como oscilaciones de la temperatura, temblores, palpitaciones, ciertos dolores u hormigueo en diferentes partes del cuerpo. A pesar de que en estos niveles apenas hay sensaciones en el cuerpo, la medicina está haciendo su trabajo. Los niveles más comunes para trabajar durante la ceremonia son tres y cuatro, cuando el estado de inmersión es más profundo, la información se presenta con mayor claridad y todavía hay control sobre el cuerpo, aunque puede haber más molestias, como mareos o dificultad para coordinar los movimientos. De ahí en adelante, uno entra en estados que son beneficiosos para el cuerpo espiritual, pero el cuerpo físico puede sentirse muy enfermo. En el quinto nivel, uno comienza a perder el control del cuerpo, hay pocas visiones, rápidas y confusas. En el nivel seis, el paciente suele entrar en un estado de «locura» temporal y pérdida total de control del cuerpo en el que puede gritar, o correr porque no puede soportar las sensaciones. En el séptimo nivel, hay una pérdida total de conciencia y el paciente se desmaya. Los niveles entre cinco y siete no son comunes, y solo los usa el maestro cuando debe trabajar en traumas muy profundos, o cuando se necesita una curación importante en un período de tiempo muy breve de tiempo.
El trabajo realizado durante las ceremonias de Ayahuasca podría dividirse en tres fases: primero, la etapa del diagnóstico y limpieza; segundo, una fase de transmisión de energía en la cual el paciente recibe muchos «kanos», o fuerzas de energía vital, cuya cantidad dependerá de la duración del retiro y de las plantas que el paciente esté tomando o «dietando«. En la tercera y última fase, el paciente aprende a conectarse con los espíritus, el Maestro Heberto enseña cómo usar los kanos para curarse a sí mismo y a otras personas. Los kanos pueden ser recibidos tanto por una persona que haya venido para un tema de salud, como por un estudiante del arte del chamanismo.
Al maestro Heberto le gusta especialmente enseñar las prácticas milenarias y tácticas de los Merayas. Yosi Ocha es el único centro que practica este tipo de curanderismo, y la preservación de esta tradición ha sido uno de los principales objetivos de la fundación del centro. El Maestro Heberto ha asumido la responsabilidad que le otorgó su abuelo, quien le formó desde pequeño con amor y mucha disciplina, inculcándole no solo la pasión por sanar a otras personas, sino la misión de preservar este arte.
LA TOMA DE LA AYAHUASCA Y SUS EFECTOS
Una vez que el Maestro Heberto haya entendido las necesidades y deseos de cada participante, empieza a «icarar» y bendecir el líquido sagrado de la Ayahuasca, de acuerdo con los requisitos individuales, después de lo cual invita a cada persona a beber. Es importante destacar que el Maestro Heberto le da a cada paciente la dosis y el tipo de Ayahuasca que necesite. En Yosi Ocha trabajamos con cuatro tipos de Ayahuasca, desde una suave hasta una extra fuerte, y una vez que tenga algo más de experiencia en las ceremonias, se le puede ofrecer la opción de tomar una dosis más grande.
Después de unos 15 minutos, las velas se apagan y la Maloka Ceremonial permanece en la oscuridad. Se mantiene el silencio, salvo por el aullido ocasional de un búho, el croar de las ranas y el coro esporádico de otros animales nocturnos. Es muy importante que nadie hable durante una ceremonia, sobretodo en voz alta. El período inicial después de ingerir el brebaje es el momento de concentración cuando cada participante tiene que meditar sobre lo que quiere lograr con la experiencia, ya sea la curación corporal, la limpieza espiritual, las respuestas específicas, o la abundancia de visiones. Unos 15 minutos más tarde, la mayoría de las personas comienzan a bostezar y suspirar profundamente, una señal clara de que la Ayahuasca está empezando a actuar. Durante este tiempo, el chamán está concentrado, a veces fumando mapacho, el tabaco sagrado de la selva Amazónica, que entre otras cosas, tiene el efecto de profundizar su trance.
Generalmente, entre 30 y 45 minutos desde el comienzo de la ceremonia, el chamán comenzará a cantar los ícaros, o las canciones ceremoniales; el momento exacto lo determinarán los espíritus que se hayan presentado o hayan sido invocados por el chamán. Los «ícaros» desempeñan un papel esencial en las ceremonias de Ayahuasca, ya que estos cánticos le permiten al chamán «aligerar» su cuerpo para que pueda ser transportado a una dimensión no física. Muchísimas personas han descrito estos canticos como la música más hermosa que jamás han escuchado. Los Ícaros acentúan el efecto de la Ayahuasca y muy a menudo se oye un silbido o zumbido distintivo, que parece provenir de un punto justo por encima de la cabeza, o desde dentro de la cabeza. Algunos estudios han asociado esta sensación con la activación de la glándula pineal, o tercer ojo.
En Yosi Ocha, los chamanes cantan dos tipos de ícaros: los generales, dirigidos a guiar al grupo en su conjunto, y los específicos dirigidos a cada uno de los participantes. El Maestro Heberto hace gran hincapié en la importancia de la atención individual y el tratamiento personalizado, lo cual aumenta el efecto de los resultados obtenidos. Durante la ceremonia, cuando el maestro se para frente a una persona y le canta específicamente, uno debe sentarse, abrir su mente y su corazón, y permitir que los ícaros penetren todo su ser y le guíen a través de las diferentes dimensiones; en esos momentos, su cuerpo espiritual se eleva con el del chamán, y juntos viajan a través de planos de existencia desconocidos para la gente común.Leer Más...